La pasta de sémola de trigo duro es sin duda la reina de la pasta, además de ser la más común, y se clasifica según la forma: pasta larga, pasta corta, lasaña o pasta para sopas.
A lo largo de los años, también se han creado pastas especiales con la adición de verduras, cereales o rellenos; por ejemplo, piense en la pasta verde hecha con espinacas en la masa, o con tomate, espelta, lentejas, etc. o los más deliciosos rellenos de hongos, quesos o más.

Por otro lado, la pasta fresca de huevo se prepara con al menos un 20% de huevos. La presencia de este último da un color amarillo intenso natural a la pasta que se va a preparar, además de hacer la masa aún más elástica y dar una nota adicional de sabor.
La pasta de arroz, como su nombre indica, es una pasta preparada con harina de arroz y tiene un aspecto blanco y ligeramente transparente; fue creada para satisfacer las necesidades de aquellos que son intolerantes o alérgicos a la harina de trigo.

Entre las llamadas pastas dietéticas, como la pasta de arroz, también encontramos pasta sin gluten, pasta de maíz, etc. que se preparan con otros productos alimenticios o enriquecidos con vitaminas y sales minerales, con carbohidratos reducidos, contenido de proteínas, sodio o calorías para las personas que sufren enfermedades cardíacas o enfermedades como la diabetes o la intolerancia al gluten.
Otro hecho en la pasta de maíz: es una pasta sin gluten, por lo tanto excelente para personas que sufren de enfermedad celíaca, rica en folato, fibras, proteínas, carbohidratos y vitaminas. También es un tipo de pasta adecuada para personas con problemas digestivos, de hecho las fibras contenidas en ella ayudan a mantener bajos los niveles glucémicos de la sangre y ayudan a ralentizar la absorción de azúcares.